DOR
cgo
E un macaco senza storia,
dice lei du lui,
che gli manca la memoria
in fondo ai guanti bui...
ma il sui sguardo è una veranda,
tempo al tempo e lo vedrai
che si addentra nella giungla,
no, non incontrarlo mai…
Ho guardato in fondo al gioco
tutto qui?...ma – s ai –
sono un vecchio sparring partner
e non ho visto mai
una calma più tigrata,
più segreta di così,
prendi il primo pullmann, via…
tutto il resto è già poesia...
Avrà più di quarant’anni
e certi applausi ormai
son dovuti per amore,
non incontrarlo mai...
stava lì nel suo sorriso
a guardar passare i tram,
vecchia pista da elefanti
stesa sopra al macadàm...
Sparring partner, Paolo Conte
DONDE SE SUPONE QUE YO DEBIERA SER CAPAZ DE DISCERNIR QUE LOS NUEVOS DIOSES CAMINAN A UNA DISTANCIA PRUDENTE DETRÁS DE LOS VIEJOS DIOSES
(coralville, decorah: una traducción)
Los descendientes de los colonos noruegos aun saben decir buenos días en la misma lengua que trajeran sus parientes como una especie de posesión sagrada y, por lo demás, única, para gente que cumplía una jornada laboral usualmente de unas dieciocho horas ( lo mismo que toma llegar manejando a este pueblo apacible como los otros quinientos que cruzamos en el camino. Hemos visto a las trilladoras hacerse cargo de las cosechas, dirigidas por granjeros cada vez más pobres y republicanos. La fe por la que hace tanto luchase Lutero tiene su oasis en el medio de la nada y del maíz y como se supone que (uno) debiera ser capaz de discernir que los nuevos dioses caminan a una distancia prudente detrás de los viejos dioses, como se supone que uno debiera ser capaz de distinguir entre estas cosechas habidas por gracia de dios de aquellas que cuentan con créditos blandos, financiados por la misma banca que invierte en armas químicas, ultraconductores y becas de excelencia para deportistas de élite, entonces, de alguno de esos sombreros de mago, de los que la prensa internacional extrae sus titulares y que nuestros periódicos tan al día no se demoran en replicar, de esas cajas de pandora que son las citas camufladas y y que le otorgan cierto prestigio a los autores del circo romano de las influencias (siempre y cuando no practiquen el arte de perseguir escolares con jumpers ni se llenen la boca con el género y la costura): de este poco y esta nada que respiramos, seguiremos, entonces, respirando, mientras podamos seguir respirando y la traducción de esas lenguas indoeuropeas arribadas a estos desiertos como una especie de exportación no tradicional y en cualquier caso no deseada ni bienvenida y que no expresa ningún curso manifiesto de la historia y que si es o si fue la elegida de algún dios de seguro no era el nuestro, la traducción, entonces como decíamos ayer es como reunir las piezas rotas de un jarrón y ponerlo de centro de mesa aunque se le noten las trizaduras (no obstante esté orgulloso de las mismas).
AL GRAN VOYEUR
(para Lucho López, para
todos nosotros)
Las pobres esferas, los dominios perdidos.
La vida que a veces toma la forma de los muros.
Los vastos imperios, las noches en vela
esperando la inundación y el agua. Lo imperfecto
del exilio. El primer libro. Conce.
Las causas perdidas y haber adorado desnudos
al menos desconocido de los dioses.
Ciertas zonas que todavía revisten peligro.
Nuestras sibilas de Cumas, pero también
nuestras sibilas de Persia. Viajar desde los Ángeles
hasta Mortandad. Y haber levantado la vista al
cielo. El lugar donde bailan las
señoritas del lugar. Emplazamientos
y desplazamientos: el ágora desocupada
donde hasta hace poco los más incendiarios
discursos eran aplaudidos por los más incendiarios
auditorios. Los infantes de Carrión. Las rosas, las
azucenas. Tan callando. La ciudad. Las máscaras
negras. La mujer por la que tanto has esperado,
una belleza que no es para ti, allí frente a tus
ojos/a tus manos, la vagina a la altura de tu
lengua, inalcanzable como tantas cosas en
tu vida, la espuma en el vaso de cerveza
que lentamente beberás. Que sea esto
entonces nuestra salva por el porvenir
ante el derrumbe permanente de las pruebas.
BOCA DEL ESTÓMAGO
Fuego a la realidad.
Velitas a un santo.
La luz en la casa.
La cocina para el desayuno.
El microondas para el primer
café de la madrugada. La tele para
el tiempo. El computador para el correo
por vigésima quinta vez en esa misma
mañana. Y el motor del auto para que
todo esto, tal vez así las cosas y
ojalá que nosotros, también
nosotros: el lenguaje
por sí mismo.
Ni al principio ni al final
el verbo.
ESA VIEJA PALABRA SARTREANA
Al cruzar caminando el territorio chino,
en 1949
asolado por sequías e inundaciones,
indistintamente
durante treinta días
sin parar. Y contarlo
con lujo de detalles.
Al arrancar de los pacos
como dos hermanos
corriendo por su vida, y
al caer por un balazo uno
de ellos, el otro se detuvo a
ayudarlo, con las esperables
consecuencias
en 1985.
A lo lejos
sólo se ve el
techo inconcluso
de un edificio,
andamios
y mezcladoras
de cemento.
De cerca son
dos operarios
(antes los
llamábamos
obreros:
conversando
de cómo manejar
la grúa, cuál
es
el turno que
tiene más
trabajo).
Y LÍBRANOS DEL MAL
Y de los empresarios de la Confederación de la Producción y del Comercio
que por un lamentable error han confundido los índices de crecimiento de la
economía con los índices de reducción de la pobreza
y de los sobresaltos en las bolsas de Tokio, Madrid, Londres o N.Y.,
dominadas por la especulación financiera que por un lamentable error
están expuestos a un pánico permanente convirtiendo al capital en un
material flotante expuesto a constantes fluctuaciones que han
convertido a los estados nacionales en una especie de permanentes
monigotes incapaces de resolver absolutamente nada
y de que se descubran nuevos yacimientos petrolíferos en las costas de
nuestro país, lo que nos pondría de vuelta en el mapa de la geopolítica
internacional lo que a estas alturas es casi como una condena por
adelantado sin que existan culpables sino víctimas y victimarios
puesto que debido a una lamentable confusión los inversionistas
de las transnacionales han decidido que invertir en fuentes de energía
renovable será un tema que ofrezca rentabilidades en la medida en
que primero se terminen la inestabilidad en ciertas zonas del
planeta, la cual es promovida precisamente por un asunto que pasa no
tanto por la pobreza como por la agudización de las contradicciones
generadas en primer lugar por la pobreza y por la carestía de
insumos básicos como el agua, que dentro de pocos años se transformará
también en un tema capital de la investigación y la especulación
y de los legionarios de cristo y también de los numerarios y de toda esa laya de gente
que por un lamentable error que somos los primeros en lamentar han
confundido la religión con un convento donde aplicarle silicio al
bolsillo de los apoderados y también a la espalda de los adolescentes,
no importa si aún están vestidos ni se han decidido todavía
a confesar el cometido de sus pecados (
si van a terminar confesando
igual:
amén.
EPÍLOGO
“El casco viejo de la ciudad, por otra parte,
le ofrece un sabor a los turistas
de ese pasado tan apreciado por los diseñadores de
folletos promocionales, esas callejuelas
estrechísimas de las que lo primero
en predicarse es que por aquí no pasan dos autos:
están exentas del olor de las heces que antaño sus moradores
arrojaban sin mayor contemplación en las aceras,
si alguien se decidiera por el fervor de las ciudades
hab(r)ía que inventárselas
primero:
una infinidad de acuarelistas
vendiendo la misma representación en tonos pastel
de una ciudad sin idiomas oficiales
y cuyo único problema con los inmigrantes
no son los mismos inmigrantes. Estaciones del metro
donde uno podría pasarse la vida
y probablemente se la pasa, usted está aquí
mirando avisos comerciales
traspasado por un rayo de sol
y en seguida anochece,
como si no quisiera la cosa
y los vagones no vinieran
con los asientos desocupados
y no verse así en la obligación
de tener que poner en práctica los doce años
de sacerdocio encubierto
que los escolapios con la mejor de las
intenciones
quisieron pero no pudieron: la educación particular,
el militarismo, la clase media, la
prohibición de masturbarnos
más allá de lo aconsejable
y los problemas a la vista, la incapacidad para
amar, los callos:
el ataque sobre la imagen
sin contemplaciones,
las desnudeces
de la palabra
se asemejan a pelar
un falo o un plátano maduro
en las calles adoquinadas del antiguo Montreal
rebosantes de mierda alguna vez”.
CUENTA DE PROTECCIÓN
Se ven pasar los botecitos por el río.
Y en los cafés se puede tomar algo en
las sillas de afuera. La gente lee el
diario, conversa, pierde el tiempo
y a veces me parece que todo debiera
ser así: como un recuerdo, una
foto que no remite necesariamente
al pasado y sin embargo tiene algo
de esa tristeza por la cual se nos
tilda de reaccionarios. Otros
disfrutan de los dientes de león
y en tanto que de rosa y azucena
se llenen los prados de sus tierras
natales, no habrán de morir del
todo y las consecuencias –que
por ahora no se han medido
sólo se pueden pronunciar con
ciertas palabras que inevitablemente
traen asociado, bíblica, tu recuerdo:
se dice allí que finalmente diste fe
de lo que tus ojos no habían visto.
Tal vez todavía lo recuerdas.
PARA UN CADÁVER INSEPULTO
(a los testigos)
No estás tomando demasiado?
Yo creo que estás tomando demasiado.
Qué significa wanton? ¿ponemos
los Cure o The Police? ¿te queda algo?
No, a esta hora no, demás que nos cuelgan.
De aquí a la botillería no llegamos.
De aquí a la botillería no llegamos,
repetí. La del estribo era el título de
un cuento. Pero entonces préstame
ese libro. Puta, no podíh ser tan ganador poh h’ón.
Vamos al Mulato. Al Galindo. Al Lagar.
Y viene la Daniela? Y el Chico? Y la
Anna Ajmàtova, viene con sus hijos?
Estaremos como de costumbre en
compañía de actores? Y quiénes
serán los grandes invitados?
No cambies el tema, por favor
no cambies el tema. Ojo que
fue así durante años.
LA VENIDA DEL MESÍAS EN GLORIA Y MAJESTAD
La venida del mesías en gloria y majestad
Fue anunciada en el exilio. Por un sacerdote
Menor de treinta años. Que vivía de lo que le
Mandaba su familia. Que tenía un mulato como
Secretario, según el lenguaje de la época. Y que
Firmaba con un seudónimo porque también en esa
Época había que hacerles el quite. Y fue encontrado
Muerto misteriosamente en una zanja, luego de que no
Volvió de uno de sus paseos por la orilla del río: cuando
Su familia no pudo mandarle con la misma frecuencia
Las remesas de dinero hasta Imola, sólo dejó de comer
Como hasta entonces había comido. Y dijo: nadie puede
Saber lo que es Chile si no lo ha perdido. Las mayúsculas
De este poema no se leen como un acróstico ni guardan
Un mensaje en clave para la resistencia.
ALFABETO PARA NADIE
La insoportable avaricia estival de los insectos
ha contagiado a mi mujer. Suele pasearse por la pieza
exhibiendo con desdén un portaligas, relamiéndose
en la erección de sus pezones. Apenas si puedo estudiar.
Las niñas juegan arriba, en el comedor, donde la abuela
las reprende porque no la dejan escuchar su teleserie.
Los pájaros siguen con su habitual estruendo dentro de
la jaula y el calor le sirve de excusa a Damaris para quitarse
además las medias como última prenda. Cierro un libro
que habla sobre la peste bubónica que asolara Europa durante
el medioevo, en el cual se detallan algunos de los tratamientos
a que eran sometidos los pacientes, en cuanto se les detectaba la
enfermedad: aislamiento, amputaciones, sangramientos que
solían llevarlos a la muerte de manera mucho más rápida e
involuntaria. Aquellos que lograban sobrevivir durante más
de una semana, solían ser abandonados a su propia suerte en
medio del campo, con la absoluta prohibición de acercarse a las
ciudades. Se les veía vagar como encarnaciones de la muerte,
pidiendo cualquier cosa para comer, los ojos salidos de sus córneas
producto de la fiebre y la desnutrición, acosados asimismo por el
verano, insaciable como la avaricia de los insectos
que pululan entre las llagas de sus heridas.
MILENARISTA
El Inkarri está naciendo en Tokio 3.
Sus partes se reúnen y se ensamblan
desde todas las partes del Imperio,
han cruzado cordilleras y los terrenos del
Kokaido, donde no han pagado los
tributos. Un castillo ambulante
contiene la energía necesaria
para pintar su rostro en las paredes
y hacer de lima una utopía pero
no una consecuencia: en los laboratorios
donde el padre lacunza predijera nuestra victoria
los dibujantes le dan un rostro de hombre
curtido, espléndido y optimista, capaz de
hacer el holocausto que tendremos que
hacer: para expandir finalmente el odio,
para que reaccionen los que aún no se han
sacrificado y sus miembros desperdigados por
fin se reúnan, se tomen la revancha y la
sangre inunde las praderas y los perros
cuelguen de los postes del alumbrado público
porque la justicia cuando es verdadera
(nadie puede saber lo que es Chile si no
lo ha perdido, dijo aquel iluminado)
no se detiene en prejuicios pequeño
burgueses, no tiembla cuando su familia
comenzó a empobrecerse y las remesas de
dinero a Imola comenzaron a escasear: volverá
sin que la Biblia le haya dicho una palabra.
Esta vez no habrá ningún repliegue táctico.
El reino de dios aquí en la tierra.
CONTRA LAS CUERDAS
La muerte se produce por un traumatismo
encéfalo-craneano, afectando fundamentalmente
el nervio neuma-gástrico, el epigastrio
dañándose el plexo solar y provocando un paro
cardíaco de breve duración. Entre las heridas
más comunes se encuentran el sangramiento en la región
superciliar, fracturas del tabique y otros huesos nasales,
con deformaciones muchas veces irrecuperables;
en los ojos se puede producir equimosis y tumefacciones
palpebrales, hemorragias intraoculares y desprendimiento
de la retina. También es frecuente la diplopía o visión doble.
El desprendimiento del pabellón de la oreja, la rotura del
tímpano y el vértigo: son las afecciones más comunes
en los oídos dañados. El edema cerebral es la reacción
más común al traumatismo. Ciertos casos de demencia
se deben a lesiones en las zonas límbica, rinoencefálica
y meso diencefálica (hipocampo, cíngulo, etc.). Además,
el daño de los axones de estas zonas dañadas, contribuye
al cuadro clínico. Los ataques epilépticos pueden
presentarse precozmente, casi de inmediato al traumatismo;
o tardíamente, es decir, mucho después del trauma.
VENDARSE LAS MANOS
Los detectives no tienen trabajo
en esta ciudad donde nadie es inocente:
no hay nada que investigar, nada que leer
ni comentar en esas reuniones sociales
donde los colegas se saludan entre colegas
y escriben esas cartas de recomendación
que algún día servirán para algo.
El crimen no es tanto el lápiz en
movimiento como las manos sobre
el teclado. Las máquinas se escriben
por sí mismas pero más grave aún sería
olvidarnos de las bellezas del midwest
y hablar en inglés como si no fuera nuestra
culpa. Los profesores deambulan por la ciudad
como si estuvieran tomando notas sobre el
cambio de estación. Las hojas de los álamos
tienen un extraño color rojizo, las faldas de sus
alumnas ahora llegan más abajo de las rodillas.
1979, LÓPEZ C/ COLÓN
¿A qué se dedicarán ahora
el afilador de cuchillos que pasaba
por las tardes en gamero,
el estirador de somieres
que pasaba anunciando sus visitas
con gritos destemplados que
despertaban a mi viejo de su siesta
una vez acabado el almuerzo
allá en el búnker de nuestro
cuarto piso?
HEREDIA (MIRANDO DETRÁS DE LA VENTANA)
Detrás de la ventana veo caer la lluvia.
La gente corre apresurada con sus paraguas rendidos.
Los perros flacos se atropellan en las esquinas.
En la radio aún transmiten la novela de la tarde.
Hay una calma de catedral, de estadio vacío.
Retomo la carta de la mañana y escribo:
“Llueve en Santiago. No había tenido tiempo de escribir.
Por lo demás aquí todo sigue igual”.
Afuera un auto corre a prisa con su parabrisas sangrando.
Los vecinos inician una nueva pelea sin motivo,
y ya siento los pasos de una mujer que sube la escalera,
se saca su impermeable, prende el televisor.
ARROJAR VOLANTES
Salir corriendo, pintar murallas,
gritar en la calle, hacer reuniones
planear el futuro, asistir a la
asamblea, votar en las
elecciones, escribir con
infinitivo
cuando el resto de los
tiempos verbales
ejercen con el
rostro adusto
un sentido como
de costumbre
cómplice.
CAMPEÓN
Dobla su uniforme como deshoja una flor de loto.
Pone extremo cuidado en que los bordes no se
salgan de la equis que forma todo el conjunto, los
amarra con el mismo cinturón que los sostiene
cuando están puestos. Todo esto es tan importante
como blandir la espada en silencio, como
ingresar al dojo por los lugares indicados
ni hablar cuando no te han dirigido la palabra.
He allí la esencia del combate.
VICTORIA(S) MORALES
Tiene treinta y cinco y no se ha dado cuenta.
Actúa como si nada hubiera pasado y no
le doliera la cabeza. Tiene cuatro niños
pero no se ha dado cuenta y sale a comprar
a mediodía sin prepararles el almuerzo y
y la tarjeta y las bolsas que se llenan
porque tiene treinta y cinco y de vez en
cuando no le viene mal mirarse en el
espejo, por muy ovalado que sea:
no se ha dado cuenta ni quiere
darse cuenta de que tiene treinta
y cinco y sin embargo: cuando
se terminen las vacaciones y en la
consultora, en la fábrica o la tienda
tenga nuevamente que volver a decir
lo mismo puede que escoja las mismas
palabras, puede que el sol vuelva a
salir todas las mañanas y sin
embargo tiene que estirarse pero no
se ha dado cuenta y los fines de semana,
el viaje con los suegros, es tan difícil
que las chiquillas la comprendan,
que el cielo se despeje, que las frutas
sigan donde mismo en el último
pasillo del supermercado.
MANTENER EL PESO
Max Baer le quitó la corona a Primo Carnera
en 1934. La pelea fue de las mejores que
se hayan visto en la historia del boxeo (
el italiano cayó once veces en once asaltos
y el contendor en otras tantas. Baer era un
payaso y un mujeriego y Carnera
un campesino del sur de Italia. Baer se casó
y se divorció de una actriz hollywoodense
y años después, muchos años después
cuando un productor inescrupuloso
como todo productor que se precie de tal
decidió filmar un libreto basado en la
vida del antiguo campeón, he aquí la
paradoja: el actor que haría el papel de
Max Baer sería el mismo Baer, que
derrotó por debajo y por encima al
italiano, a cuyas exequias, en su
natal Livorno, asistiera todo el pueblo.
DECISIÓN DIVIDIDA
Encuentra entre los márgenes del libro
anotaciones de otros usuarios de la misma
biblioteca. Una trama paralela
que sigue el movimiento de sus ojos:
se detallan, allí, las impresiones
no del todo anónimas
de alguien a quien podríamos
identificar por la letra y la
ortografía: una investigación
que nos llevaría de vuelta a
nosotros mismos, al tiempo
perdido caminando por
estos corredores, la vida entre
medio de los estantes:
afuera el sol del invierno
la nieve se niega no sólo a
derretir: también los estudiantes
de postgrado insisten en volver a sus
hogares empujando sobre el hielo
un auto sin batería (la joven que conduce
no es la más borracha en todo el grupo).
K.O. TÉCNICO
Camas en los hospitales públicos,
raciones alimenticias en los jardines
infantiles, forraje para los animales
en las regiones afectadas por los
temporales, especialistas en los
centros de atención primaria,
fondos frescos para las universidades
del estado y créditos blandos para la pequeña
y la mediana empresa, fondos
mutuos de inversión que sean
verdaderamente mutuos,
fiscalizadores en la dirección
del trabajo, estaciones de
medición de la contaminación
del aire en aquellas comunas con menores
temperaturas y más partículas
en suspensión debido a las calles
sin asfaltar y menos estaciones de
medición de la contaminación
del aire en las comunas con una menor
cantidad de partículas en suspensión
debido a la mayor cantidad de calles
asfaltadas, profesores básicos en
en los sectores de menores ingresos,
materiales de estudio en los liceos
fiscales, anticonceptivos en los
centros de atención pública,
la patria lo de menos, para
qué los verbos si tampoco los
nombres, los adjetivos si apenas
el sol esta mañana,
y nosotros: nosotros
ni cómo, mucho menos
cuándo.
RINCÓN NEUTRO
Algunos han llegado a esta
ciudad dispuestos a dar la vida
por conseguir un pedazo de ese
muro que antaño la dividiera:
no alcanzan sin embargo su
parte del botín y se contentan
con fotografiarse a los pies de
alguna estatua que certifique
que también los ídolos han caído
de una altura no menor a la de sus
propios pedestales. Algunos han
llegado a esta ciudad como quien
hace su visita a La Meca, ojalá
que no me excomulguen por
el nombre de una raza por la cual
en el fondo guardo un infinito respeto,
si acaso lo único que me indigna es
la indignación de haber como tantos
otros llegado a esta ciudad y no haber
salido de ella cuando tenía que salir
ni haberme dado cuenta. Cuando
preguntamos por el precio de los
bienes materiales tuvimos la
primera noción de lo que quiso
decir algún filósofo alemán con
aquello del opio de los pueblos.
Nuestra noción de la realidad
se parece a los rayos del sol
que atraviesan las persianas
y atenúan su caída y apenas
si calientan nuestros cuerpos
arrojados con temor sobre
una cama, después de ejercitarse
menos en la sorpresa que
en el hartazgo a consecuencia
de haber llegado a otra ciudad
como ésta dividida no sólo por
un muro, aunque por ahora no
sepamos qué hacer sino cruzarlo,
aunque ya nada sea lo mismo y
esperemos algo que está por
venir, pero no va a venir
aunque por ahora no sepamos
y nos sentemos a mirar por la ventana
qué hacer sin que el muro nos divida.
PROTECTOR BUCAL
El cuerpo humano de un hombre y
el cuerpo humano de una mujer
saben interpretar los signos de una
tregua: los trenes muertos, los campos
infinitos de trigo y las tardes lluviosas de
verano, las hijas menores y las hijas sin
experiencia, los abultados compromisos
firmados debajo de ese puente, las
caminatas que no conducen a
ninguna parte y las caminatas que sí
conducen hasta alguna parte. Los golpes
dados y los recibidos, el hombre de la
máscara de cuero y un hombre que se cae
y se golpea contra el pavimento, réquiem por
un peso pesado, lucha libre en contra de sí
mismo, diez fotógrafos enfocando a un
poeta y un pelotón de fusilamiento
retratando a un futbolista: un pequeño
homenaje sin forma ni fondo pero fechado,
ubicable en algún facultad de filosofía
construida por paradójico que parezca
sobre las ruinas de una antigua biblioteca:
y es real, como las piernas hermosas y humanas
de una muchacha que trabaja en esta oficina es un
homenaje pero es real, como el autor del hombre de
la máscara de cuero, como los trenes abandonados
en alguna maestría igualmente abandonada en santo
bernardo o aquí en el midwest, como el viento con
que pelean los maestros es lo único y real.
WELTER
Jimmy Braddock: después sería el turno de los negros
para convertirse en la cenicienta del futuro. Por ahora
católicos e irlandeses desamparados lo escuchan
fervorosos por la radio, el derrumbe de la bolsa es un
aspecto secundario cuando el ídolo, el estibador de
puerto, el padre de tres niños y el marido
es capaz de aguantarle otro round sin caerse
a ese buscavidas de Max Baer, galán y vividor y
dos veces asesino sobre el ring: dicen que es
judío, dicen que a Primo Carnera lo dejó
enterrado en algún lugar de la Calabria
de donde probablemente no vuelva a
salir para fotografiarse con las actrices más
hermosas de la época. Después sería el turno
de los negros.
A LUME SPENTO
Ni siquiera has vuelto a mí como un recuerdo.
La historia de los vencedores y la historia de
los vencidos te tienen como protagonista.
Tu nombre se utiliza para hablar de aquellos
que murieron peleando de pie en el campo de
batalla (tú sabes, es sólo una expresión
y también para hablar de aquellos que
esperaban la llegada de la policía con un
vaso de vodka en la mano, como si eso también
hubiera sido parte del libreto que
escribieron para repartir entre sus alumnos.
Ni siquiera entre las murallas que tienen
grabado tu rostro he podido dejar de
hablar en tercera persona: puede
que alguna vez nos hayamos topado
frente a frente, puede que incluso
hayamos compartido la misma
mesa y tiendo a imaginarme
esas conversaciones como
las que uno mantiene con el
enemigo durante la tregua de
año nuevo, incluso podríamos
haber intercambiado unos regalos como
una especie de dialéctica en los hechos,
lo fundamental es no detener el movimiento
literal y metonímicamente hablando, nada
de metáforas, please, nada de símbolos:
sólo la desnuda alegoría de estas palabras
grabadas en la lengua, ojalá también en la memoria:
imposible es una palabra burguesa.
El optimismo es nuestro pan de cada día
ARRINCONADO
Los poemas saben cosas que nosotros no sabemos.
Al interior de los hogares los televisores están
apagados, no hay nada que siga gastando energía,
los dueños del auto se detienen a cambiar la rueda
lo que nos parece un espectáculo digno de
meditación y de comentario. Nos quedamos
a la vera del camino como los fieles de
un credo ante las imágenes: las imágenes
que le han dado de comer a un par de poetas
son las mismas que otros han rechazado
como los fieles que se niegan a rendirle culto
a los sumos sacerdotes que no poseen automóvil
ni son capaces de cambiar una rueda
ni saben cómo hacer funcionar una gata
ni tienen idea de cómo se usa una llave de cruz
(en todo diferente de lo que ellos entienden por una cruz).
LAS APUESTAS LO DAN FAVORITO
Las apuestas lo dan favorito, el preparador dice
que ha comido bien durante la semana y que viene
de una familia de corredores y antes ya ha ganado
los dos últimos clásicos de provincia incluso
con otros que se le cruzaron en el camino y le
aforraron un par de fustazos, pero las apuestas lo
dan por favorito, los traductores de poesía en español
han acudido en masa a las boleterías y ya se
agotaron los prismáticos y el palco donde los
dueños contemplan el resultado de sus fortunas
rebosa de una concurrencia, el preparador dice
que ha comido como nunca esta semana y
los profesores titulares de algunas de las
cátedra más codiciadas han hecho colapsar
las boleterías, los asientos son todos numerados
y las reservaciones hoteleras dan cuenta del
impacto, las tarifas aéreas han aumentado en
un doscientos por ciento producto de provenir
de una familia de corredores, aunque ciertos
analistas especulan que el fenómeno se debe
en mayor medida a los dos últimos clásicos de
provincia: aunque aún se debate al respecto.
¿Y SE SUPONE QUE DEBO ABRIR LA BOCA CUANDO ME
DICE QUE ESCRIBIÓ ESE POEMA A LOS DIECISIETE AÑOS?
¿NI TAMPOCO DEBERÍA OLVIDAR QUE EN ESTA TIERRA DE NADIE
LA TORTA DE MIL HOJAS ES DE HOJALDRE, LOS CHANCHOS SE
LLAMAN PUERCOS Y LLUEVE COMO NUNCA EN EL VERANO?
Los pájaros migratorios vuelan en dirección contraria
a las agujas del reloj. Mi madre remendaba mis pantalones
con una aguja bendecida por un dedal, pero me parecería
ridículo y también oportunista y también me parecería
bastante reaccionario dedicarme a escribir poemas sobre
un dedal; no hay problemas sin embargo con las agujas.
Y uno los ve de vuelta en el verano, causa
y consecuencia del calor y de los tornados
que se aprontan a repartir su justicia
ciega como dicen que debe ser la justicia
entre aquellos que son los únicos que pierden
lo único que pueden perder.
ÍTACA: VERSIÓN LIBRE
Un antiguo compañero que sólo se dirigía a nosotros
en latín se acerca para advertirnos que las fuerzas
policiales han rodeado el recinto universitario
y han hecho salir con las manos levantadas
a los mejores poetas de nuestra generación.
Las rejas de la facultad están pintadas de un
azul corroído por el sol y las lacrimógenas.
Los proveedores, en sus camiones, llegan con
la misma puntualidad de siempre al supermercado.
Ningún automovilista se detiene a contemplar
el operativo de la policía. El aire de santiago
está corroído por las partículas en suspensión,
por las vaguadas costeras, por las emisiones industriales
que las autoridades prometieron erradicar definitivamente
hace más de veinte años. Pero eso es imposible de traducir al
inglés y los poetas que van subiendo al furgón
policial -los mejores, como dije, de nuestra
generación- serán pronto liberados tras
comprobarse sus domicilios, sesgándoles
las posibilidades de rasgar sus vestiduras y
hablar en contra de la brutalidad policial.
Al abandonar la zona de descargas, los camiones
vuelven a esas avenidas donde el tráfico vehicular
interfiere con el cumplimiento de un itinerario
que el chofer revisa para encontrar el camino más
corto que lo lleve de vuelta al hogar sin la necesidad
de cubrirse con cera los oídos (esa mujer que te ha olvidado
tampoco ahora te va a reconocer) y la única sirena que
se escuche sea la de alguna ambulancia cruzando la ciudad
para hacer la última entrega de una carga que también va de regreso.
CROSS
Después había que cerrar el boliche no más
(así le decían, así pasaba más piola): la micro
pasaba a una cuadra y a mí como que se me
olvidaba todo lo que había pasado, total
yo no era el que me encargaba en última
instancia de los que estaban ahí. A mí
simplemente me tocaba ayudar no más,
era como se dice un mandado, no estaba
en la toma de decisiones, si quiere ponerlo
de esa manera, hasta le puedo contar
que más de algún dieciocho cuando los
encargados ya estaban pasados de copas
algo les llevaba a los que tenían que estar,
compartía con ellos a riesgo de que me pillaran
y me acusaran de ser débil –maricón me hubieran
dicho- por aliviarle la carga a la gente: a más
de alguno lo vi tirado, hombres duros, llorando
pidiéndome un vasito de agua, pero el agua
era lo primero que los hubiera matado después
de una de las sesiones: al final era un balazo,
al final daba lo mismo que los ayudara si
después los pateaban hasta matarlos, si algunos
se les iban porque se les había pasado la mano
con la corriente. ¿Le tengo que seguir contando?
NO SE EQUIVOCABAN LOS MAESTROS
(museo de bellas artes, versión libre)
Alguien cree estar escribiendo en el fin del mundo,
pero no puede negar que el camión de los helados
está pasando nuevamente por el parque donde
los niños se arremolinan a su alrededor y la
descripción del paisaje no ha cambiado
porque el ojo del que mira no ha cambiado:
confía impertérrito en que el mundo es una
catástrofe tranquila, una reunión de nubes
diríase que de paso por el cielo
sería el único argumento convincente
para encerrarnos a conversar en un café
:de cualquier cosa, menos de las nubes.
Nadie tiene ganas de salvarse de nada
pero sí de tomarse un par de chelas, de
las últimas profecías sobre algún remoto
apocalipsis las palabras tienen poco que
decir: las danzas de la muerte, un anillo
en el dedo de los que no alcanzan a apretarse
el cinturón, aunque nada tengo en ello que
ver la improbable falta de presupuesto:
y es cierto que no sabemos distinguir
como le gusta enrostrarnos a los catedráticos
de las plazas más preciadas entre el cierzo
y el mistral, ok: touché. Así decía mi hermano
cuando hacíamos esgrima con palos de escoba
y terminaba sacándome cresta y media cuando
a los dos se nos pasaba la mano con el ardor de
los guerreros: él moriría poco después, tendido
en una cancha de fútbol, mordiendo no sé
si con desesperación el pasto, de seguro
ya inconsciente, producto de una falla en
el ventrículo derecho del conjunto arterial.
El camión de los helados pasa haciendo sonar
la sirena, los niños están a punto de alcanzarlo y
el conductor sólo piensa en lo fácil que será entregarle
las planillas al supervisor del turno de las mañanas.
MUSÉE DES BEAUX ARTS
(otra versión libre)
Por qué no se le puede dedicar un poema al cansancio.
Cuando alguien se muere siempre es el hijo de alguien.
Todo lo que no sea autobiografía es plagio. Y aunque no
hemos asesinado a nadie en la iglesia, aun así se nos acusa
de ampararnos en la belleza del verano para recorrer con
desvergüenza el litoral central, confundiéndolo con las
playas de una normandía que hasta entonces sólo
nos sonaba como un desembarco. Así y todo,
los concesionarios abren desde mediados de
diciembre hasta que el sol nos acompañe:
las bondades del modelo han pasado desapercibidas
para los que insisten en encontrar el santo grial
ya sea en los restaurantes de cartagena, ya
sea entre los que hablan un francés con el
acento indescriptible de la Alianza: el exilio,
a fin de cuentas, era este cansancio después
de sacar la nieve de la puerta de tu casa,
los ojos irritados por leer los diarios en la
gastada pantalla de tu computador, donde
se comenta la muerte de un niño que siempre
fue el hijo de alguien, las alas quemadas por
haber volado tan alto son la copia que
ennoblece el original: la piel de esos bañistas
que tirados encima de la arena y de la playa
atestiguan con desdén al sol y su autoría.
EL APRENDIZ DE RIMAS
(still life)
El cuerpo humano de una mujer
calza con el cuerpo humano de un
hombre y el rostro de un hombre
enmarcado en un cuadro decimonónico
mirando a los visitantes que hipotéticamente
se detengan a contemplarlo como parte de
las actividades de esparcimiento que a fines del
siglo veinte son capaces de costearse en una sociedad
postindustrial y lo suficientemente democrática
como para que el abuelo de todos ellos departiera
con el pintor y su paisaje pero igual no esté en el
cuadro: la división de una ciudad
de acuerdo a la programación televisiva, donde un testigo
debiera dar cuenta de la forma en que ve la realidad
(e incluso también de la realidad) sin por ello tener que
avergonzarse. No se avergonzaron los emisarios de la
corona, de cualquier corona, cuando leyeron en perfecto
español: un edicto que declaraba aquellas tierras como
parte del botín, ante un auditorio taino e ignorante,
a dios gracias, de la gramática de nebrija, lo cual
les costaría no sólo las tierras en cuestión, sino
también tener que cargar con las ruinas, con tomos
infinitos escritos por los arqueólogos de un futuro
donde la única imitación de las ruinas
son un par de frutas sobre una bandeja,
como un dios menor la naturaleza ha muerto
retratada en la quietud de su agonía.
RAPSODIA PARA EL BURRO
Una premeditada nostalgia las obliga a echar de menos.
El morbo con que miran los discursos del anciano nos hace
sospechar si su condición de traidoras y exiliadas desaparece
con la misma ligereza con que otros se arrojan al mar: muchos
de ellos están volviendo permanentemente, están a punto de
subirse al avión y comentan sin disimulo que ahora sí,
inexorablemente, debiera ocurrir lo inevitable: los que
logran alcanzar la orilla de la playa creen haber comprado
a bajo precio lo que a partir de entonces les será negado:
el anciano sigue con el dedo en ristre, imitándose
a sí mismo y su esplendor victorioso, barbado, joven, padre
hasta los huevos de sus hijos y sus esclavos, el aroma del café
no es capaz de distraerlas de la imagen de aquel que las envió
a un lugar donde no existe el paraíso, donde las islas no se repiten
ni una premedita nostalgia podrá salvarlas, lo inevitable es una
playa a medio desvestir que persiste como una mujer: perdida
ante los cuatro signos cardinales que aquí no significan lo mismo:
no quieren volver a una ciudad sino a un recuerdo, a un país con
nombre y apellido y en el que la confección de panfletos revolucionarios
vuelva a ser una actividad revolucionaria: están sentadas frente al televisor
como si no estuvieran sentadas frente al televisor sino ante el árbol
de la ciencia y el conocimiento, cuyo único fruto pende de una rama
al alcance inexorable de sus manos: ahora sí, inexorablemente, debiera
ocurrir lo inevitable: esa premeditada nostalgia (que) nos mantiene al tanto de los frutos.
LOS POEMAS PROMETIDOS
Estos son los poemas que Huidobro y Francisco del
Valle me corrigieron. Estos son los poemas que
el Carlitos de Rokha y Gustavo Ossorio me
corrigieron juntos. Estos son los poemas que Olga
Acevedo y Victoriano Vicario me corrigieron
después de mostrárselos al Pancho Véjar.
Estos son los poemas que Lucho López-Aliaga
me dijo en el Panamericano que mejor los
tirara por el water y me tomara a cambio
una pílsen: estos son los poemas que Germán me dijo
que mejor me los metiera por el culo porque era pésimo
como persona en primera persona. Estos son
los poemas que el David me dijo que mejor los
leyera de nuevo, que mejor volviera a respirar
y terminó pidiéndose la próxima (Cerro San Cristóbal,
más Sergio Valero): estos son los poemas que el
Javier siempre ha rechazado, estos son los poemas,
estos son los poemas, estos –y no otros: son los poemas.
POSTAL
Los autos se estacionan afuera del mini-market.
Están exhaustos los conductores y las correas de
transmisión. Adentro el menú varía entre una
pizza recalentada y una hamburguesa con bacon.
El calor pega fuerte. El precio de la bencina
pega fuerte. Los más jóvenes se asemejan a un
dios sin esperanza. La belleza de las praderas
que los rodea, el aire que todavía se respira
sin dificultades al sentarse en esta mesa
y las palabras del inocente que declaran su
inocencia. Las casas rodantes se dirigen
hacia algún estado donde la cacería de los
ciervos menores de veinte meses no signifique
un problema con las autoridades. La agencia
tiene intervenidos nuestros teléfonos. A veces
se escucha la interferencia. Y también a un
inocente que declara sin inmutarse su inocencia.
Los caza recompensas son capaces de entregarte
con tal de cobrar su parte de los tesoros escondidos
en el mar. La cajera te mira con una desconfianza
aprendida en las películas del oeste. Los contribuyentes
están cansados de la carretera y también de tanta propaganda.
No saben si les conviene más el David Letterman Show
o invadir a los países del África sub-sahariana
que se niegan a incrementar la producción diaria de crudo
y cuyas refinerías han sido ocupadas por una fracción
del último grupo guerrillero cuyo nombre es demasiado
difícil de pronunciar. Salen del baño con el rostro empapado
de sudor y agitando las manos que no tuvieron con qué secarse.
El sol sigue pegando fuerte. Y no parece que nada
vaya a cambiar. El sol sigue pegando fuerte. Y no parece
que nada fuera a cambiar. Sólo el tiempo de los verbos
podría oscurecer el significado y olvidarnos por algún
minuto de la historia y sentarnos con una lata de cerveza en
la mano y observándonos al espejo con una lata de cerveza
en la mano, por primera y única vez decir adiós delante de una imagen
que no tenga la obligación de repetirnos.
EN ESTE LUGAR SAGRADO
(a Poli Délano)
Ni el bacon ni el tocino son lo mismo.
Tampoco ese pan francés que nos
ofrecieron en la frontera. Salvo contadísimas
excepciones la gente no toma en calma. Y almuerzan
muy pero muy temprano. Las mujeres emiten graznidos
cuando están empeñadas en aparearse, tengan o no
los treinta y cinco de la edad que corresponda y su hijo menor y
su hijo mayor espero que estén durmiendo en la pieza
del segundo piso. En el recibidor quedaron los
zapatos para no embarrar la moqueta. La
nieve también se ensucia a pesar de las
ordenanzas municipales. El alcalde es
elegido democráticamente. El alguacil es
elegido democráticamente, el superintendente
de educación y el coordinador de las iglesias
ecuménicas y el director de tránsito de la ciudad
cuyo cargo se renueva obligatoriamente cada dos
años: son elegidos democráticamente
cuando así las circunstancias lo ameritan.
GOLPE DE ESTADO, PRONUNCIAMIENTO MILITAR, VERSIÓN LIBRE
(quidquid latine dictum sit altum viditur)
La cosecha de los granjeros murió debajo del agua.
Ha llovido como en un diluvio. Con la venta de la producción de
este año, algunos de ellos pensaban pagar el crédito renegociado
durante la última baja de intereses decretada por la reserva
federal. Pero ha llovido como en un diluvio. Otros tenían pensado
invertir en la compra de ciertos equipos para sacarle mayor
provecho a las semillas artificiales que hoy en día están disponibles
para algunas de las frutas de la estación. Las pérdidas
se calculan en varios cientos de millones de dólares, pero soy
incapaz de traducir esas cifras en un número que pueda calibrar.
Con varios cientos de millones de dólares se solucionaría el
problema habitacional de casi toda la ciudad de santiago.
Los canales de regadío podrían reconstruirse. Los profesores
obtendrían una remuneración acorde con todos los cursos
de perfeccionamiento en que se han inscrito para nada. Los
hospitales públicos, si tuvieran en sus manos esos varios
cientos de millones podrían mejorar la oferta de camas
durante los períodos más crudos de alerta ambiental
cuando muchos niños de escasos recursos son devueltos
a sus casas con una aspirina en la mano para enfrentar el virus sincicial.
Sin embargo la cosecha completa de los granjeros yace ahora
bajo el agua. En algún lugar, bajo toneladas de escombros y
desperdicios repartidos en kilómetros a la redonda producto del
último tornado. Dicen que tomará años volver a la normalidad.
Los equipos de rescate no tardaron tanto en llegar como en
creer lo que estaban viendo: no saldrían de su sorpresa
sino hasta después de que se convirtiera en comentario antiguo
el recuerdo de ese año fatídico de las inundaciones, cuando todos
tuvieron algo que perder y podían haber nombrado algo que no
volvió cuando años después volvió esa normalidad que desde
un principio nos advirtieron que llevaría años recuperarla
por completo. En los relatos bíblicos, una paloma fue la que
les permitió avizorar la costa, no una gaviota. Aquí, sin embargo,
no hay costas. Aquí sin embargo los cuervos son negros
y un halcón flamea en la bandera, los espantapájaros
continúan impertérritos su labor de vigilancia
no importa que hoy en día ya no exista el enemigo
y el maíz no sea un alimento, los guardianes del
mito son incapaces de ejercer otro oficio
que no haya sido debidamente estipulado
en los antiguos manuales de la retórica:
cualquier cosa en latín parecería
profunda y verdadera.
AHORA MENOS QUE NUNCA LE HACEN FALTA LOS ESPEJOS
(Once de Septiembre, la casa de Trotsky)
Desde la ventana de un hotel comparable a mi destino
veo pasar corriendo, por la orilla del Iowa River,
a dos estudiantes que no serán la madre de mis hijas.
Inmunes a cualquiera de mis promesas, van cruzando
el puente que une el norte de la ciudad con algunos de los
territorios invadidos. Desde allí se ve a los contratistas
afanados en terminar con prontitud las obras, los desvíos
de tránsito, las mezcladoras de cemento que
terminamos aprendiendo a querer.
Como por obligación los autos pasan.
La cantidad de cementerios no guarda ninguna
relación con el número de neumáticos quemados
que han quedado desparramados después del once.
Aquí y allá la culpa fue de los aviones.
A veces se apodera de la ciudad
un olor que se parece al excremento de los cerdos
y efectivamente se trata del excremento de los cerdos
proveniente de las granjas que rodean la ciudad
como una advertencia para el viajero: las dos
minas siguen corriendo como si estuvieran
compitiendo con el río, como si tuvieran
que demostrarle al agua que una vez llegado
al mar puede que el río no siga siendo el río.
El agua, sin embargo, será definitivamente el agua.
Ahora menos que nunca le hacen falta los espejos.
Es un macaco sin historia
dice ella de él,
que en el fondo les falta memoria
a los guantes vacíos...
pero su mirada es una terraza,
tiempo al tiempo y verás
que se adentra en la jungla,
no, no lo encontrarán nunca..
Al final he mirado el juego
¿todo aquí?... pero -¿sabes?-
soy un viejo sparring-partner
y no he visto nunca
una calma tan grata,
más secreta que ésta,
tomas el primer pullmann, sales...
todo el resto es poesía...
Tendrá más de cuarenta años
y ciertos aplausos ahora
se deben al amor,
no lo encontrarán nunca,
estaba ahí en su sonrisa
al mirar pasar los tranvías,
vieja pista de elefantes
la misma sobre la antigua carretera
Traducción de Lucho López-Aliaga